Se los define: desalmados, delincuentes, turba fuera de control. Las llamas del incendio de una tienda por departamentos en el centro de Concepción se distinguen de lejos. Los vecinos se arman como pueden para rechazar a los malvivientes que, se asegura, saquean los hogares ya no contentos con desvalijar al comercio. En tres ciudades el toque de queda se extendió desde las 20 hasta el mediodía del martes... ¿Un Chile anómalo ? La respuesta es no : es el quiebre de Chile normal bajo circunstancias anómalas. Las cosas –agrega– no son como se aprecian desde los helicópteros en los que los funcionarios sobrevuelan el mayor desastre de la historia de América del Sur –y ciertamente uno de los mayores del mundo.seguir leyendo en Rebelión
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