Las elecciones presidenciales de este 2013 están marcadas por la necesidad de que los pueblos de Chile se doten de una nueva constitución. Aunque las otras candidatas lo rechacen agresivamente o se den mil vueltas de carnero para evadirlo con las fintas de siempre, el problema constituyente está instalado y llegó para quedarse. No es posible salir a la calle a pedir el voto sin dar la cara respecto a la posibilidad de un cambio constitucional.
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