Por lo pronto, nuestros jueces se ven obligados a seguir entregando "derechos de servidumbre” para la explotación de faenas mineras, incluso sobre territorios cuya biodiversidad se encuentra protegida por la débil legislación ambiental de nuestro país. Es decir, el afán de lucro de un empresario, vale más que ecosistemas amenazados y considerados estratégicos en el resto del mundo. Es legal, pero no es Justo.
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