
No sólo las ONG’s, el Estado o los ambientalistas en Chile destinan altas sumas de dinero a la adquisición de tierras de valor ecológico para preservarlas. También el mundo empresarial se mete en la mezcla de la protección de áreas prístinas con el desarrollo de prácticas productivas. Algunos creen que con eso, se avanza a la privatización de las áreas protegidas, pero.... ¿es verdad?
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